Guillermo «Willy» Martinez es un traductor técnico-científico y literario en inglés, egresado del Instituto Nacional Superior del Profesorado de Rosario (hoy, IES N.º 28 «Olga Cossettini»), Argentina, en 1982. Es oriundo de la provincia de Entre Ríos y está radicado en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe.
Durante los años ochenta, fue uno de los impulsores originales del actual Colegio de Traductores de la Provincia de Santa Fe, que lo reconoció como socio honorario en 2011. Se ha dedicado al ejercicio de la profesión a tiempo completo desde 1993. Obtuvo la certificación en «inglés-español» de la ATA (American Translators Association) en 1996 y continúa afiliado a dicha institución. Ha sido miembro del Consejo Directivo del Colegio de Traductores de la Provincia de Santa Fe 2ª Circ. y de la Federación Argentina de Traductores, y ha colaborado en proyectos de formación profesional de la ATA, el Colegio de Traductores de la Provincia de Santa Fe y el Colegio de Traductores Públicos de la Ciudad de Buenos Aires.
Sus canales de contacto y redes sociales son:
willyspanish@gmail.com
https://willyspanish.com/
https://www.atanet.org/member-directory/guillermo-willy-martinez/
https://www.linkedin.com/in/willy-martinez-90b002258/
https://www.atanet.org/specializations/technical-scientific-translation-a-wondrous-voyage/
https://tinyurl.com/AdmiradoTraduc
¿A quién admirás dentro de la profesión?
Entre los colegas de mi generación y en nuestra región, admiro a quien creo que llegó más lejos. Me refiero al rosarino Daniel Guma, traductor de inglés, egresado del INSP. Años después de haber comenzado a trabajar con una pesada máquina de escribir, a mediados de los noventa, pasó por todos los filtros pertinentes y obtuvo empleo como traductor en la sede de la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York, donde se desempeñó hasta jubilarse.
Nota: Las circunstancias se relatan en el artículo titulado «Los años ochenta: los traductores en la zona de Rosario y los desafíos de su realidad», que forma parte de la publicación Cuarenta años de democracia, 1983-2023 del IES N.º 28 «Olga Cossettini» de Rosario, Santa Fe, Argentina, y puede consultarse en: https://tinyurl.com/AdmiradoTraduc.
¿Cuál es la mayor equivocación o confusión en torno a la traducción?
Creer que cualquier persona bilingüe puede traducir profesionalmente...
1. Los traductores profesionales se someten a una capacitación superior antes de empezar a prestar servicios.
2. Los traductores profesionales son sensibles a la cultura y al contexto.
3. Los traductores profesionales pueden ofrecer conocimientos especializados en un sector específico, lo cual es esencial para el éxito de un proyecto de traducción.
4. Los traductores profesionales pueden aportar exactitud y control de calidad a su trabajo, porque los errores pueden cambiar el significado y generar confusiones costosas.
5. Los traductores profesionales se rigen por códigos de ética y acuerdos de confidencialidad para proteger la privacidad de todo contenido sensible.
6. ¡Ser bilingüe no es lo mismo que ser traductor profesional! (Y puede ampliarse la lista de características...)
¿Se puede vivir de la traducción?
Sí. He vivido de la traducción (y otras actividades análogas, como la coordinación de proyectos, la revisión de traducciones de terceros y la lectura de prueba de diseños gráficos) desde 1993. Me costó mucho tiempo y esfuerzo lograrlo porque, cuando comencé, la globalización era apenas un concepto, no había Internet ni teléfonos celulares y era difícil relacionarse con clientes.
En resumen, se tienen que alinear cuatro planetas:
- la preparación,
- el deseo,
- la oportunidad y
- la personalidad (es decir, la manera de actuar y las relaciones positivas con colegas, clientes, personas con capacidad de decisión en empresas proveedoras de servicios lingüísticos, etc.).
Tengo algunos clientes regulares a quienes les he prestado servicios durante muchos años. No los busqué, sino que surgieron de una referencia externa porque alguien me recomendó o me encontró en un directorio en línea. En términos de marketing, mi estrategia actual se parece más a «la araña» (tácticas de atracción pasiva o inbound) y al «oso pardo» (retención o fidelización) que al «tigre» (búsqueda y captación agresiva u outbound).
Naturalmente, hay que ganarse la confianza del cliente, no solo con la excelencia en el trabajo, sino también con el desempeño en el negocio, el cumplimiento de los plazos de entrega, la competencia tecnológica, el conocimiento del mercado objetivo, la aptitud para trabajar en equipo, la comunicación clara e inmediata, la especialización, la atención al detalle y el control de calidad, entre otras cosas.
¿Qué opinión tenés sobre la inteligencia artificial? ¿La ves como una amenaza?
Coincido con muchos otros colegas en la importancia de no caer en controversias que nos dividen. La IA llegó para quedarse, como mucho tiempo atrás sucedió con las herramientas de traducción asistida por computadora. No le tengo miedo y ya la utilizo como recurso adicional para aclarar conceptos difíciles en el original, explorar alternativas en el idioma objetivo, desenmarañar una oración antes de hacer el primer intento de traducción, etcétera. No se trata de estar a favor ni en contra de la IA, sino de familiarizarse con ella y descubrir las maneras en que puede beneficiar nuestro trabajo.
Y aprovecho la ocasión para compartir lo siguiente:
- Mi hijo Jonathan A. Martinez, desarrollador de software, opina que «independientemente de cuántos parámetros puedan manejar, las herramientas de inteligencia artificial actuales son imperfectas por diseño; siempre se necesitará el toque humano para corregir los errores inevitables que van a producir».
- Ver «La IA y la experiencia humana», de Leandro Wolfson, en la edición correspondiente a octubre de 2024, página 19, de Intercambios (publicación oficial de la ATA Spanish Language Division):
https://ataspd.org/wp-content/uploads/2024/10/intercambiosoct1124.pdf
Cuando estabas dando los primeros pasos, ¿cómo te imaginabas que iba a ser tu vida profesional? ¿Se parece a tu realidad actual?
No. Cuando daba los primeros pasos, tomé como referencia a otros que habían obtenido su diploma poco antes que yo y empezaban a ofrecer sus servicios en mi zona. Algunos traductores noveles llegaban a trabajar como empleados administrativos bilingües en empresas multinacionales, otros gravitaban hacia la docencia y otros, como yo, sobrevivían con un empleo sin pasión ni futuro, pero que ayudaba a pagar el alquiler, mientras ejercían una «actividad secundaria» al promocionar sus servicios de traducción y ocasionalmente pescar algún proyecto. Mi actividad secundaria solía ocuparme en horas nocturnas y fines de semana. Yo imaginaba que crecería y, con el tiempo, tendría la opción de renunciar a mi empleo sin futuro y dedicarme a la traducción a tiempo completo. Sin embargo, no hubo tal evolución porque mi actividad secundaria producía un flujo de trabajo muy irregular.
Mi realidad actual (dedicación a la profesión en forma autónoma y a tiempo completo) tiene mucho que ver con un evento inesperado pero beneficioso que ocurrió diez años después de haber obtenido mi diploma… Una excompañera del Traductorado de Inglés me recomendó a una empresa de traducción a la cual prestaba servicios como proveedora externa. Allí me evaluaron, me emplearon y me capacitaron como coordinador de proyectos. Esa experiencia enriquecedora me ayudó a concretar una inmersión realista en la industria de la traducción, a entender mejor las reglas del juego y a vincularme con una cantidad considerable de personas en el sector. Menos de dos años después, tomé la decisión de trabajar por cuenta propia, full time, y lo he hecho desde entonces…