Por: Valentina Bragado Assef
Fecha de publicación: 21 de febrero de 2025
Por esta senda
no hay nadie que camine.
Tarde de otoño.
Matsuo Bashō
Libros del Ciempiés es un proyecto cultural y editorial independiente, autogestionado por dos mujeres argentinas radicadas en Barcelona, quienes abordan la lengua desde distintas aristas. Por un lado, Erika Cosenza trabaja desde la traducción y la moderación de los clubes de lectura breve y feminista y, por otro lado, Maui Barone lo hace desde la creación literaria y la facilitación de talleres de escritura. Ellas dos más Javier Rey y Wenceslao Zuloaga conforman la editorial que recientemente ha lanzado su primera publicación.
Libros del Ciempiés presentó no sólo una nueva traducción del inglés de Lunes o martes de Virginia Woolf, sino que han evidenciado la armonía del trabajo colaborativo al apostar por la polifonía de traducciones. En esta edición participaron ocho traductoras, casi todas ellas argentinas, que por supuesto comparten una visión feminista del oficio y del rescate de Virginia Woolf como figura pionera siempre atingente a cualquier época.
De esta manera, la editorial abre la colección de Clásicos accesibles, presentando una propuesta valiosa y arriesgada por la traducción como ventana de circulación y democratización del conocimiento, para acercar a todo el público lector el viaje por el mundo interior al que nos lleva de manera inevitable el libro.
Lunes o martes, publicado por primera vez en 1921, es la única obra de Virginia Woolf que desarrolla historias ancladas al cuento sin que por ello se estructuren dentro de este género, pues exponen ocho relatos que, a través de diversas tramas, van construyendo un preciado tejido de críticas y melancólicas reflexiones que, desarrolladas a través del divagar de la conciencia, van exponiendo una profunda sensibilidad estética hacia la verdad, hacia la vida y, por sobre todo, hacia la naturaleza.
«Una sociedad» es uno de los cuentos más abiertamente feminista, ya que un grupo de amigas, todas letradas y burguesas londinenses, deciden luego de reflexionar juntas mientras toman el té que comenzarán a cuestionar los resultados del poder masculino en los libros, la academia, en el arte, en la medicina, etcétera. Para ese plan, deciden convertirse en «una sociedad» donde se imponen el objetivo de vida de «parir buenas personas y buenos libros» (46).
La cita anterior evidencia el cuestionamiento del grupo de amigas hacia la verdad como espacio inalcanzable e irrefutable, ya que ha sido a lo largo de la historia parte del dominio masculino. No obstante, ¿qué tipo de verdad entrega el Times del que tanto se mofa la narradora o los aburridos libros escritos por hombres que investiga una de las personajes en la Biblioteca de Londres?
La voz narrativa es mordaz en las preguntas que se formula, y aún más lacerantes son sus introspecciones sobre la diferencia entre los géneros y los roles sociales que cumplen: «Mientras nosotras paríamos niños, ellos, suponíamos, parían libros» (45). Así, astuta y penetrante, autora y narradora ponen sobre la mesa de ayer y hoy la importancia de visibilizar la desigualdad de acceso al poder entre quien un siglo después domina –aún– la esfera pública y quien sigue protagonizando –aún– la esfera privada.
Por el contrario, otro tinte más existencial se bosqueja en cuentos como «La marca en la pared», «Una novela no escrita» y, en especial, «Lunes o martes», que desarrolla una voz punzante y metaficcional que indaga y metaforiza a través de sofisticadas descripciones el sentido que la vida está teniendo en el contexto social, político, académico, artístico y patriarcal de inicios del siglo XX. Para ello, el objeto de atención es la naturaleza que se desglosa en un levitar poético, por medio de un uso exquisito del lenguaje tal cual es el vuelo (al inicio del cuento) de la garza entre el cielo y la iglesia: blanca, distante y ensimismada (79).
Así es como la audacia literaria que Woolf se permite experimentar respecto a la tradición anterior le entrega el escenario preciso y ambiguo para deambular entre prosa poética, narraciones oníricas y microcuentos que, sumado al uso del estilo indirecto libre confuso y exigente, habilita el diálogo entre un nivel elevado de conciencia con una voz supercrítica y la sublime belleza de las palabras, las ideas y, por sobre todo, de las imágenes poéticas.
Por todo lo anterior, leer esta propuesta de traducción múltiple de narraciones y prosa poética de Virginia Woolf es un viaje atemporal, es una inmersión en un estado del alma sensible que encuentra un lugar común entre una autora y un público en el que se resguarda mutuamente todo el deseo ferviente de movilidad, de cambio y de libertad ante los lumínicos y oscuros escenarios de la vida, transitando entre lo real y maravilloso de la existencia humana.
Nací y crecí entre los bosques, la selva fría y los ríos del sur del mundo. Ahora hace dos años que vivo en un norte mediterráneo, geografía que entibia la humedad de mi raíz austral.
La escritura me conecta con ese tejido del gran nido. La escritura es refugio, es hogar. Encontrar este espacio de creación con Ciempiés en Barcelona ha sido una fortuna.