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Meterse en camisa de once varas

Escrito por: Erika Cosenza
Fecha de publicación: 13 de junio de 2025

Una ilustración de un niño que lleva puestsa una camisa exageradamente grande: le llega hasta las rodillas y le tapa parte de la cara; tampoco se ven las manos.

Esta capsulita idiomática tiene dedicatoria, pero no voy a decir públicamente para quién es. Ella ya lo sabe. 😁 Si tú también, como ella, te pasaste toda una vida diciendo «camisa de once balas» sin encontrarle ningún sentido, sigue leyendo. Si la venías usando bien, pero no tienes ni idea de dónde salió... también quédate por aquí. 😊 Y si jamás la escuchaste ni la usaste..., bueno, ¿quién sabe?, tal vez la incorpores a tu léxico.

Pues no: que las balas no tienen nada que ver. La fracesilla [técnicamente, es una locución verbal coloquial] es «meterse en camisa de once varas» y significa involucrarse en un problema o una situación que excede nuestros conocimientos o nuestras capacidades.

¿Que el cambio de «balas» por «varas» sigue sin tener ni pies ni cabeza? ¿Qué demonios es una camisa de once varas? ¿De dónde salió este modismo? Bien, veamos...

Lo primero que debemos apuntar es que «vara» es una unidad de medida de longitud que se usaba antiguamente en distintas regiones con valores diferentes, que oscilaban entre 768 y 912 mm.

Hay dos teorías que sitúan el origen de esta expresión en la Edad Media.

La primera lo atribuye a un ritual que se llevaba a cabo como parte de la ceremonia de adopción, como una suerte de parto simulado: el padre metía a la criatura por la manga de una camisa exageradamente amplia, la sacaba por la parte del cuello de la prenda y le daba un fuerte beso para marcar que aceptaba la paternidad. Hay quienes sostienen que la asociación con algo que excede nuestras capacidades tenía que ver con asumir los problemas que acarreaba la crianza. Otras voces sostienen, en cambio, que los problemas eran para las criaturas, que muchas veces terminaban en manos de malas personas o en situaciones aciagas. Lo cierto es que lo de las «once varas» era una exageración porque era imposible que una pieza de ropa midiera eso.

La segunda cambia rotundamente el área de incumbencia, aunque sigue situándonos en el mismo período histórico. Antiguamente, se llamaba «camisa» a la cara exterior de una muralla ubicada entre dos torres. ¡Y vaya que es peliagudo y problemático escalar una fortificación de casi diez metros!

¿Conocías esta expresión? ¿La usas (no vamos a indagar si la decías bien o mal 😏)? ¿En tu país o región hay alguna que se le parezca? ¡Escríbenos a info@ciempies.es, y la publicaremos!