Oriundo de Buenos Aires, Argentina. Soy un bicho del mundo de las matemáticas, la electrónica y las tecnologías de la información.
Los años transcurridos en la Tecnicatura en Telecomunicaciones y, sobre todo, mi paso por las aulas de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires dejaron grabados varios conceptos que se integraron en mi consciencia y devinieron casi una filosofía de vida:
1. Todo proceso se puede mejorar.
2. Seguro hay algo ineficiente que se puede evitar.
3. La Ley de Murphy es real.
Es por eso por lo que ando siempre investigando métodos y herramientas para hacernos la vida más fácil y eficiente, evitar tareas inconducentes y tratar de eliminar o, por lo menos, reducir al mínimo los riesgos.
Tras haber desarrollado toda mi carrera en relación de dependencia in house y estar relegando la experiencia viajera a la época de vacaciones, la pandemia, que puso a prueba y demostró en muchos sitios el éxito del trabajo remoto —experiencia de la que no hay vuelta atrás—, plantó la semilla de un nuevo deseo: el de llevar la oficina en la maleta y lograr un equilibrio entre obligaciones y placer.
Pero, como no todo en la vida son las nerdeadadas, además de la programación, las matemáticas, la experimentación con arduinos y la impresión 3D, también hay otros intereses que me alegran los días: correr, nadar, bucear y hacer un poco de jardinería.
En Ciempiés construyo el lado técnico, todas esas cosas que, si funcionan bien, nadie sabe que existen.